Corporalidad

La aceptación corporal como aliada frente al espejo

situación corporal

Cuando nos miramos al espejo se activa nuestra historia de aprendizajes, nuestras luchas, nuestras creencias, nuestros pensamientos y emociones difíciles respecto a la autoimagen.

Para que el mirarte no sea tan difícil y para poder traer compasión, el abordaje más amoroso es la aceptación corporal.

Aceptar no quiere decir estar enamorada, feliz o entusiasmada con tu cuerpo -lo cual puede parecer una meta abrumadora o no realista.- 

Aceptar tampoco es sinónimo de dejarte estar, resignarte, descuidar tu salud o dejar de prestar atención a lo que tu cuerpo necesita para estar sano y fuerte. ⁣

La aceptación corporal se trata de reflexionar sobre por qué te sentís mal con tu cuerpo y encontrar la paz con él sin necesidad de cambiarlo. La premisa es ser capaz de disfrutar y no poner tu vida en pausa por querer modificar tu apariencia.

A través de la aceptación corporal empezas a aceptar tu cuerpo, pero más que nada aceptas el abanico de pensamientos y emociones dolorosos que te genera la imagen corporal.

Justamente darle espacio al dolor, nos permite funcionar desde la parte más serena y sabia de nuestro ser y conectar con nuestras necesidades auténticas.

La aceptación para mí va de la mano del autocuidado constante. Es tratar tu cuerpo con respeto y cuidado reconociendo que algunos días serán más difíciles que otros.  No importa si tuviste un buen día el día anterior o si tuviste mil altibajos: todos los días son una oportunidad para el autocuidado.

Prácticas para la aceptación corporal

Quiero invitarte a hacer prácticas para ayudarte con tu autoimagen:

Diversifica lo que ves: podes controlar y seleccionar lo que aparece en tus redes sociales. Sé proactiva en la búsqueda de cuerpos diversos, personas inspiradoras y experiencias de empoderamiento a las que seguir. Buscá contenidos que te hagan sentir bien con vos misma y con tu cuerpo. 

Practicá la gratitud corporal: agradecé lo que tu cuerpo puede hacer. Hay un montón de cosas que tu cuerpo te permitió, cosas que te trajeron hasta acá. Quizás las das por hecho o te parecen naturales. Registra todo por escrito en una lista o una carta de agradecimiento.

Mové y nutrí tu cuerpo de maneras que te hagan sentir bien

Sé realista: nadie se siente bien con su cuerpo todo el tiempo. Personalmente he estado en el camino de la aceptación corporal durante varios años y puedo decirte de primera mano que aceptar tu cuerpo no es como encender un interruptor, cual solución inmediata. Es un proceso en espiral que no es lineal. Hay momentos de mala imagen corporal. Es importante no responder a los sentimientos incómodos con comportamientos no funcionales a la relación que queremos con nuestros cuerpos.

Aprender a respetar y apreciar tu cuerpo por lo que es o no es, cómo se ve, lo que puede y no puede hacer, lleva tiempo. 

Hace tu mejor esfuerzo para ser amable con tu cuerpo en sus momentos de incomodidad e insatisfacción. 

Tu cuerpo no es un problema a arreglar.

💜 Vicky

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